El rostro a partir de los 30
La vida comienza a reflejarse en el rostro a partir de los 30 años, dicen muchos especialistas. Tu piel a partir de los 30 sufre cambios relevantes que tienen lugar en tu cuerpo. Incluso puede que ya a finales de la década de los 20 necesites dormir mejor para ser más productivo, intentes evitar más noches de excesos por las cada vez más molestas resacas. También puede que descubras que determinados alimentos ya no te sientan tan bien. Parece que nos encontramos ante un gran declive, pero en realidad es solo una transición a la que puedes adaptarte fácilmente con los métodos adecuados.
¿Qué pasa en tu piel a partir de los 30?
En primer lugar, hablaremos de los “30” como edad generalizada en la que se producen significativas modificaciones a nivel corporal y facial. Esto no significa que se cumpla radicalmente en todos los casos pero sí sucede en mayor o menor medida a todas las personas. Tampoco quiere decir que el mismo día que cumples 30 años tu rostro cambiará de forma automática. Todo lo que te vamos a contar se produce de forma paulatina y es solo con la constancia y el cuidado adecuado como evitarás daños que en un futuro requieran un trabajo y una inversión mayor. Pero el mejor enfoque es la filosofía de la prevención, es decir, evitar que llegue el día en el que la imagen que te devuelve el espejo no te identifique. Aclarado esto, ahora sí ¿qué pasa en la piel a partir de los 30 años?
Para que lo entiendas rápida y sencillamente un dato: los niños generan nuevas células cada dos semanas, aproximadamente. Con el paso del tiempo esta capacidad de regeneración disminuye y a partir de los 30 este proceso tiene lugar cada mes. ¿Qué significa esto? Que las mismas células están presentes durante períodos más largos de tiempo y si las células van muriendo poco a poco, éstas se van almacenando en la dermis dando como resultado una piel apagada. deshidratada y más propensa a tener arrugas.
Resumiendo, la regeneración celular se ralentiza y la piel se recupera con menor facilidad de la inflamación y de otros daños externos e internos. Importantes proteínas como el colágeno, la elastina y al ácido hialurónico disminuyen notablemente y se producen en menor cantidad. Además de la falta de vitalidad, la cara pierde sostén y las finas líneas de expresión van surcando el rostro con más intensidad para dar paso, en un periodo no muy lejano, a arrugas mucho más profundas.
Haz del paso del tiempo, tu aliado
Cumplir años no debe ser terrible para tu imagen. Con los cuidados apropiados, tu piel puede incluso verse mejor que cuando eras una adolescente. Necesitas constancia y compromiso para convertir el paso del tiempo en un gran aliado de tu belleza.
En casa, el producto de cosmética que no puede faltar es el protector solar de amplio espectro de protección. Como complemento, debes establecer una rutina de belleza acorde a tu piel y la mejor forma de seleccionar los productos es con el asesoramiento de un especialista que evalúe la situación actual de tu dermis. Una vez determinada la línea de cosmética más adecuada a la tipología de tu piel es importante contar con una rutina multi pasos que siempre será: limpieza, hidratación y protección.
La pérdida de volumen facial
De forma lenta pero implacable, el rostro va perdiendo la grasa que da sustento a la estructura facial. Se trata de un efecto clave en el proceso de envejecimiento y uno de los primeros objetivos a tratar en consulta de medicina estética: restaurar el volumen facial perdido. La buena noticia es que es un proceso rápido de resultados inmediatos. Gracias a la inyección de ácido hialurónico en poco minutos y tras un análsisi previo, el médico estético puede devolverte toda la belleza facial asociada a la pérdida de volumen. Y todo son ventajas, ya que además de restablecer la voluminosidad a tu cara, el ácido hialurónico aporta una increíble hidratación al rostro. ¿Por qué? Porque gracias a las inyecciones se estimula la producción de colágeno y elastina, lo que revierte el problema de luminosidad que acompaña al paso del tiempo.
Así que tenemos con un mismo productos varios objetivos cumplidos: por un lado, conseguir un volumen natural, acorde a la fisionomía del paciente, de modo que se consigue un aspecto más armónico sin perder la personalidad que caracteriza y hace único a cada rostro. Por otro, la piel está jugosa, hidratada y se siente y se ve mucho más sana.
En consulta, es fundamental recibir información sobre el ácido hialurónico que te van a aplicar. No todos sirven para proyectar este volumen facial y no todos tienen la misma durabilidad. Algo muy pero que muy importante es que nunca hay que elegir productos permanentes NUNCA ya que el cuerpo está en constante cambio y algo establecido de forma definitiva podría derivar en serios problemas con el tiempo.
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