La Carboxiterapia facial es un procedimiento que emplea el dióxido de carbono para trabajar diversos problemas faciales. Estimula la circulación y la producción de colágeno, mejorando considerablemente la calidad y aspecto de la piel. Con el paso del tiempo los vasos capilares se inactivan, lo que reduce la circulación sanguínea, dando paso a diversos problemas como puede ser la coloración oscura de la ojera. Esto conlleva una menor aportación de oxígeno a las células que pierden su habilidad para regenerarse. Con las inyecciones de dióxido de carbono suplimos la zona tratada del déficit de oxígeno incrementando la circulación sanguínea.
Se basa en el uso del CO2 con una finalidad terapéutica y estética. Desde la primera sesión de Carboxiterapia facial se aprecia la mejoría, aunque se precisan varias sesiones para lograr los objetivos deseados. No tiene efectos secundarios demasiado notorios, aunque si puede generarse algún pequeño hematoma. No se necesita un excesivo reposo, el paciente puede retomar su vida normal, pero se recomienda no exponerse al sol de forma directa.
La duración del tratamiento depende del caso concreto. Lo normal es que se tarde alrededor de 1 hora y 30 minutos. Se necesitan de 4 a 8 sesiones separadas por una semana para obtener un mejor resultado. Este tratamiento médico-estético consigue una piel renovada, más luminosa y rejuvenecida. Mejora la apariencia de la dermis, normaliza la pigmentación genera firmeza y previene del envejecimiento en el torso, cuello y escote. El CO2 proporcionado a la piel, aumenta el flujo sanguíneo logrando una estimulación de la microcirculación.
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