El Método Apollo es uno de los tratamientos más revolucionarios para perder peso, ya que, a diferencia de la mayoría de este tipo de intervenciones, no es necesario pasar por el quirófano. La reducción de estómago se hace a través de la boca y se realiza con un endoscópico especial.
El Doctor Orlando Soto, especialista en nutrición y obesidad, nos ha contado en qué consiste.
¿En qué consiste el Método Apollo?
El Método Apollo es una reducción de estómago que se hace a través de la boca y que se conoce como manga endoscópica. Es una reducción que se hace con un endoscópico especial que lo que hace es realizar una serie de suturas dentro del estómago cogiendo todas las capas. Se dan varios puntos a lo largo de toda la curvatura mayor del estómago y lo que va a conseguir es reducir el volumen del estómago. Estratégicamente se hace en la curvatura mayor del estómago porque es la parte más elástica.
En cierto modo, aparte de reducir el volumen, disminuye la elasticidad de la pared del estómago, con lo cual, cuando el paciente come, ya no se distiende tanto. Si ya de por si, entra menos alimento por la reducción de volumen, al ser más elástica la pared, no entra más cantidad.
Habitualmente el estómago está en una posición normal, cuando come, se va distendiendo acorde al volumen de comida que el paciente va comiendo. Con esta técnica, estratégicamente lo que impedimos en cierto modo es esa distensibilidad de la pared elástica. Así el paciente se va a saciar con bastante menos volumen.
¿Qué beneficios tiene frente a las intervenciones quirúrgicas?
Al ser una reducción de estómago donde no se realiza ningún tipo de incisión, o sea no hay ningún tipo de corte, el riesgo propio de una cirugía en este tipo de intervención está suprimido. No hay ningún tipo de riesgo de infección porque no hay ningún corte y el riesgo de sangrado es mínimo porque realmente son puntos de sutura, o sea, es lo que pueda sangrar ese puntito como el de una aguja. Sin embargo, en una cirugía, que cortan toda la pared del estómago, el riesgo de sangrado siempre es mayor y el riesgo de infección siempre es mayor.
En este caso, también se acelera el proceso de recuperación, el paciente prácticamente puede estar haciendo vida normal las primeras 24-48 horas porque el estómago simplemente está como fruncido hacia dentro, pero no se altera en ningún caso la pared, solamente como que se recoge.
¿Cuántos kilos se pueden llegar a perder?
Eso depende siempre de lo bien que se ciña el paciente a la regulación nutricional. También depende del punto de partida, no es lo mismo un paciente al que le sobren 10-15 kilos, que un paciente al que le sobren 40.
Hay que pensar que estamos reduciendo el estómago, pero ese estómago hay que llenarlo de alimentos sanos, una alimentación sana y equilibrada. Si a un volumen pequeño, un estómago ya reducido, solo le introduces alimentos hipercalóricos, bollería, chucherías, chocolate o embutidos, ese paciente, aunque coma menos de lo que comía antes, perderá muy poco peso.
Pero, si en ese mismo volumen, introduces una alimentación sana, de todo tipo de alimentos, pero los alimentos correctos, ese paciente perderá mucho peso. La pérdida media puede estar entre los 25-30 kilos aproximadamente.
¿El paciente tendrá que cambiar sus hábitos alimenticios con el Método Apollo?
En todo procedimiento, sea el que sea, es tan importante que el paciente cambie sus hábitos nutricionales como el procedimiento en sí. El procedimiento siempre tiene que verse como una herramienta de ayuda que va a facilitar las cosas, pero el paciente debe alimentarte de una manera correcta.
Esta intervención lo que va a hacer es que el paciente necesite menos esfuerzo, menos fuerza de voluntad y menos sacrificio para hacer esos cambios nutricionales que, sino tuvieras esa reducción. Pero, no existe ningún procedimiento que funcione si se sigue comiendo mal.
¿Cómo se deben ir introduciendo los alimentos después de la intervención?
Hay una fase inicial, donde hay que ir introduciendo la alimentación de una manera escalonada y progresiva. Los primeros días hay que empezar con una dieta líquida para ir viendo la tolerancia del paciente; luego posteriormente se pasa a una dieta blanda y ya finalmente en dos o tres semanas, lo normal es que el paciente ya esté asimilando la dieta sólida y una alimentación completamente normal.
Previamente, para preparar al paciente para el tratamiento, dos o tres días antes de la intervención, hay que hacerlo a la inversa, pasar de una dieta sólida a una dieta blanda y el día anterior a la intervención, dieta líquida.
¿Se puede volver a ganar peso?
Sí, si haces mal las cosas, si comes mal, sí. Estamos hablando de una reducción que no es quirúrgica, si tú esto lo fuerzas dándote atracones repetidamente y encontrándote mal hoy, mañana, pasado y todos los días, al final puede distender ese estómago que ya has reducido y perder la eficacia del tratamiento.
¿Cualquier persona puede realizarse esta intervención?
El primer punto a tener en cuenta en la realización de estos tratamientos, es el grado de obesidad en que se encuentra el paciente. Este tratamiento es ideal para pacientes que se encuentran en obesidad tipo I y tipo II, entre 30 y 40 kilos de más. Si el paciente tiene alguna enfermedad asociada a la obesidad, una hipertensión, una diabetes de tipo II, problemas cardiovasculares, hipercolesterolemia o hipotiroidismo, se puede plantear.
En obesidades mayores, como por ejemplo obesidad mórbida, es decir, índice de masa por corporal por encima de 40, no está contraindicado, pero no es el mejor tratamiento. Ahí ya tendríamos que pasar al siguiente escalón que sería la reducción de estómago quirúrgica.
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